Imagine que tiene la necesidad o la inquietud de mejorar sus habilidades directivas. Para ello, dispone de tres opciones, tres escenarios que le propongo a continuación. Dedique unos segundos a imaginárselos y escoja uno de ellos:
- Está presente en una clase de su facultad de ciencias económicas.
- Está asistiendo a una clase de un máster en una escuela de negocios.
- Escucha una conferencia sobre gestión empresarial.
Apuesto a que sea cual sea el escenario que haya escogido, se habrá imaginado una persona (más o menos joven y más o menos aburrida) que está realizando una exposición oral en la que trata de enseñarle habilidades directivas, probablemente con la ayuda de una pizarra o unas diapositivas, esgrimiendo teorías y desarrollando conceptos.
Tengo varias preguntas que hacerle a partir del escenario que se haya imaginado:
¿Cuántas veces ha elegido aprender de esta forma?
¿Piensa que es la mejor forma de mejorar sus habilidades directivas?
¿Se podría aprender de otra manera?
Numerosos expertos también se han preocupado de responder a estas preguntas. Nuestra memoria retiene la información de una forma distinta según como se la presentemos. Si simplemente escuchamos a una persona que nos está haciendo una exposición oral, nuestra memoria retendrá, en el mejor de los casos (suponiendo que estemos atendiendo con interés) entre el 5 y el 20% de lo que se nos dice.
Esto significa que aprovechamos entre el 5 y el 20% de cada hora que dedicamos a aprender de esta manera.
¿Cómo podemos aumentar este porcentaje?
Los expertos también lo tienen claro. No basta con ver y escuchar: Es preciso hacer, involucrarse de manera activa en el proceso de aprendizaje. Así es como nuestra memoria se siente más cómoda, reteniendo más del 80% de la información.
Esto significa que aprovechamos más del 80% de cada hora que dedicamos a aprender de esta manera. Vuelvo a repetir:
¿Consideran que su tiempo es importante?
¿Es el problema entonces que no existen herramientas que permitan trabajar nuestras habilidades directivas de una forma activa? Afortunadamente, este no es el problema. Con la llegada de las nuevas tecnologías existen numerosas posibilidades. Un buen ejemplo son las experiencias de simulación empresarial, que desarrollan nuestras habilidades de dirección y de toma de decisiones de una forma activa y práctica, permitiéndonos dirigir en primera persona una empresa en un escenario aproximado a la realidad pero exento de riesgos.
¿Es el problema entonces que este tipo de experiencias no son accesibles al público general? Otra vez no. Existen programas de habilidades directivas online que trabajan con este tipo de herramientas involucrando al usuario e incentivando su aprendizaje autónomo. Estos programas son guiados por tutores que analizan la gestión que llevamos a cabo cada participante. El tutor dispone de herramientas de métrica que le permiten analizar más de 50 parámetros de nuestra gestión y dirección empresarial, dándonos valiosas pautas de mejora, que pondremos en práctica a lo largo del programa.
¿Cuál es el problema entonces?
»Casi todos estamos satisfechos de estar encerrados en ideas seguras»
Erin Krishnamurti
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