Formación en emprendimiento

13/11/2014
Gestionet

Con la situación económica que estamos atravesando en estos momentos, son muchos los que se decantan por emprender asumiendo los riesgos que conlleva.

La supervivencia de las startups es una de las barreras principales con las que se encuentran los interesados en empezar un negocio, según un estudio de Startup Genome solo 1 de cada 12 startups logra sobrevivir. Con estos datos no es de extrañar que la comunidad educativa viese la necesidad de formar a alumnos en el proceso de emprendizaje.

Así, Mondragon Unibertsitatea se convirtió en 2009 en la primera universidad del Estado que ponía en marcha el título Liderazgo Emprendedor e Innovación (LEINN) cuyo objetivo es impulsar entre los jóvenes la cultura de la innovación y el emprendizaje.

Cinco años después, este grado se ha convertido en referente internacional y ha servido como modelo para su puesta en marcha en universidades extranjeras como la universidad brasileña SENAC o la inglesa Surrey University, que están desarrollando un título inspirado en el de Mondragón.

Se trata, en definitiva, de actividades “learning by doing” (aprender haciendo), como las que da otra de las alternativas que las universidades utilizan para formar y fomentar el emprendizaje entre sus alumnos, los simuladores empresariales.

Los simuladores entregan al usuario el control total de la gestión de una empresa, permitiendo tomar decisiones económicas, laborales, administrativas y comerciales en un entorno sin riesgo real para el usuario. Permiten conocer las realidades de la gestión o puesta en marcha de una empresa alertando de las dificultades y los peligros a los que se enfrentarán los futuros emprendedores.

Universidades como Deusto, utilizan en su Centro de Emprendimiento Deusto Entrepreneurship Centre un simulador de proyectos empresariales para impulsar el emprendimiento entre sus titulados.

RegistroF

 Esta práctica está cada vez más extendida entre las universidades, ya que son muchas las ventajas del uso de los simuladores aplicados a formación empresarial:

  • Ayudar a comprender las diferentes áreas de una empresa y profundizar en aquellas en las que el/la usuario/a no es especialista.
  • Potenciar las habilidades y dinámicas de trabajo en equipo. Dado que los simuladores permiten su manejo de forma colectiva, estas acciones ayudan a cohesionar equipos, estructurar y asumir diferentes roles y optimizar el rendimiento de esos mismos equipos.
  • Aumentar conceptos en materia de gestión y habilidades aptas para su aplicación en la empresa.
  • Desarrollar las habilidades que sirvan para enfrentarse a situaciones de cambio que despierten como resultado riesgos e incertidumbres.

Y vosotros, ¿cuál de las opciones creéis que es más eficaz a la hora de emprender?

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