Cada vez son más las personas que son conscientes de la necesidad de proteger el medioambiente de nuestro planeta. Vivimos en un mundo que no es capaz de asimilar toda la basura creada por los humanos, es por ello que el reciclaje se está convirtiendo en la asignatura más pendiente de la humanidad.
Reciclar es una tarea fácil, una tarea en la que cualquier miembro de la familia puede tomar parte, siendo este un ejercicio de responsabilidad.
A lo largo del planeta se están realizando iniciativas de apoyo al reciclaje, con el objetivo de aumentar la tasa y así poder asimilar la basura creada por la humanidad. Esto además no solo nos ayudará a conservar el medio ambiente sino que además en el plano económico, crearemos nuevos puestos de trabajo, se avanzará en el estudio de materiales menos contaminantes y se minimizarán costes. ¿Cómo?
Al reciclar, se ahorra energía, se utilizan menos materias primas, se crean nuevos productos y puestos de trabajo y lo más importante, se preserva el medio ambiente.
El mundo tecnológico no ha querido quedarse atrás en su apoyo al reciclaje y ya existen a lo largo del planeta plataformas de gamificación tanto a los más jóvenes como a la población en general, que están diseñadas para aumentar la tasa de reciclaje del municipio/ciudad, etc. donde se han implantado.
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En China, concretamente en la ciudad de Hangzhou, se ha instalado un sistema de lectura de QR para favorecer el reciclaje. A cada familia, se le entrega dos juegos de bolsas, una para materiales reciclables y otra para residuos orgánicos, cada una con un código QR único asociado al tipo de bolsa y al domicilio. Por otro lado, en los contenedores se coloca un lector de QR. Así, el contenedor sólo se abrirá cuando el usuario pase el código de su bolsa por el lector y este coincida. Pero, ¿Cuándo comienza la gamificación? Las familias sacan beneficio del acto del reciclaje, es decir, si los usuarios utilizan correctamente las bolsas de reciclaje ganan puntos, obviamente, si en la bolsa de reciclaje depositan residuos no reciclables, o en la bolsa de residuos orgánicos depositan objetos reciclables pierden puntos.
Otro buen ejemplo de gamificación y reciclaje lo encontramos en Estocolmo (Suecia), donde una firma de automóviles colocó un contenedor de separación selectiva de vidrio. Este contenedor con diferentes agujeros con bombillas daba puntos a los usuarios por seguir un simple juego. Al dar al botón “Start” las bombillas se iluminan por turnos y el usuario debe tirar el vidrio por el agujero iluminado, consiguiendo así puntos que pasan al contador del contenedor. Esta simple iniciativa consiguió que en ese punto se reciclara 10 veces más que en los puntos de reciclaje de vidrio tradicionales.
Más cerca de aquí, en el municipio de Getxo (Bizkaia), se está llevando a cabo entre escolares una iniciativa que busca concienciar y educar a los jóvenes de entre 5º de primaria y 2º de la ESO a reciclar y reutilizar. Para ello, se ha creado un concurso interescolar a través de la página web www.birziklakluba.eus, donde los escolares juegan a divertidos minijuegos y consiguen puntos para su centro educativo mientras aprenden cómo reciclar. Además, se propone a los usuarios una serie de retos donde deben reutilizar materiales para crear nuevos objetos, dando así una segunda vida a materiales que iban a ser tirados a la basura.
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A través de esta iniciativa, el municipio pretende utilizar a los escolares como embajadores en los hogares para concienciar a sus familiares de la necesidad de reciclar.
Estas y otras iniciativas se están llevando a cabo a lo largo y ancho del planeta para fomentar el reciclaje a través de la Gamificación.
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