Este término inglés, procedente de la unión de advert (anuncio) y game (juego), sirve para designar la novedosa técnica que consiste en emplear videojuegos para llevar a cabo fines publicitarios, como puede ser la promoción de un producto o la transmisión de valores de una marca.
La marca que emplea este método aumenta su persuasión, mientras que el usuario realiza una inmersión completa, lo que permite generar engagement. No es lo mismo ver un bonito anuncio sobre un coche que jugar y simular la conducción de ese vehículo.